jueves, 31 de diciembre de 2009

La educación de la sociedad tecnológica.

El sistema es eficaz en la adaptación de las personas y la formación del pensamiento. A una temprana edad nos somete a sus reglas, aprovechando la completa dependencia de quien todavía no puede valerse por si mismo. Nos propone una vida de "lujos", "comodidades" y placeres efímeros, sin pedir mucho a cambio... solo nuestra libertad. No hay motivo para no entregarla, pues no vale nada. "La libertad es un concepto ambiguo, complejo y subjetivo", dicho lo cual, no existe la intención de preservarla ni luchar por ella. Pocos son capaces de definir la libertad sin atentar contra su modo de vida, mientras que para la gran mayoría es imposible explicar lo que nunca conocieron.

Es interesante analizar los mecanismos que utiliza el sistema tecnológico para su preservación. La educación ha sido siempre un medio por el cual una sociedad, legitima y reproduce el modelo social imperante, <>[1]. Todas las estructuras y sistemas sociales necesitan ser reproducidos, para mantener los beneficios en favor de una clase o de una elite. Así, la educación impartida por el Estado, no tiene intención de que las personas critiquen al Estado, sino que lo acepten, respeten y defiendan. La educación bajo un gobierno democrático, reproduce sus valores, del mismo modo que bajo una dictadura, transmite su ideología. Pero, no hay nada de original en estas ideas. Las criticas al sistema educativo, a sus métodos y finalidades, son extensas y variadas. Sin embargo, las distintas corrientes pedagógicas no critican a la tecnología, no proponen una emancipación de la sociedad tecnológica, sino del modelo económico liberal y capitalista. Al conductismo, emergente de la visión Evolucionista[2], se le opuso fuertemente el constructivismo naciente del Materialismo Histórico[3]. El primero levantando la bandera de la reproducción social, y el segundo castigando los valores y métodos del orden vigente. El concepto marxista de la educación, propone un cambio de ideología y pensamiento critico con respecto al liberalismo. ¿Por que no se critica al sistema tecnológico? Simple: porque las personas deben ser educadas para adaptarse a la sociedad tecnológica, al modelo que se impone en la vida cotidiana.
La pedagogía libertaria, es lo más cercano a la formación de un pensamiento libre y autónomo. Es importante resaltar que el educador debe tener presente que la libertad de pensamiento no se construye imponiendo ideas sino motivando su creación y desarrollo personal, ¿Donde radica la libertad de acción en una persona que es influenciada y manipulada por las ideas que se le imponen? Y en muchas ocasiones la variedad en la elección no representa la libertad sino su condicionamiento. No se podría decir jamás que un profesor anarquista forma personas más libres que un profesor marxista. Si ambos, transmiten e imponen su ideología, entonces, contribuyen igualmente a la formación de esclavos.

El sistema educativo impone adaptarse a la civilización tecnológica. Quedaron en el pasado los trabajos prácticos escritos a mano, ahora se exige que sean realizados en computadora. Cuando se plantea la búsqueda de información, se suele apelar a Internet, y a medios gráficos tecnológicos. Del mismo modo, los materiales utilizados para estudiar, son productos del sistema tecnológico: reglas, lapiceras, mochilas, hojas, cuadernos, etc. Por otro lado, la conformación de las ciudades, impone la utilización de medios de transporte (en la mayoría de los casos) para llegar al lugar de estudio. De modo que si una persona desea recibir educación, tiene que ser un activo participante de la sociedad tecnológica y someterse a su modelo.
El carácter natural de exclusión que toma la tecnología, también se manifiesta en las escuelas. La falta de acceso a la información por carencia de conocimientos en computación, así como la imposibilidad de realizar trabajos "prolijos y acordes a la modernidad", desplazan a quienes no quieren o pueden adaptarse al sistema tecnológico. Los "conocimientos en informática" son excluyentes de cualquier trabajo que la sociedad considere como digno, de modo que una persona educada y preparada tiene que manejarse dentro de los parámetros de la tecnología actual. De ahí, la necesidad imperiosa del sistema de que las personas sean formadas con el molde de la esclavitud imprescindible para el progreso.

La educación, en un lenguaje tecnológico, se puede interpretar como la programación de las personas para insertarlas en un mundo artificial, alejándolas para siempre del mundo real (naturaleza), intentando eliminar toda forma de emancipación del sistema tecnológico. Los resultados están a la vista: un joven promedio de 18 años, sabe utilizar una computadora, un automóvil, comprar comida en un supermercado y cocinarla también, respetar reglas y normas sociales, y serle útil al sistema por medio de cualquier trabajo. Sin embargo, no es capaz de obtener alimento de la naturaleza, ni de construir un refugio y obtener agua, en pocas palabras, no es capaz de sobrevivir fuera del sistema tecnológico. Pese a que las corrientes pedagógicas actuales se consideren criticas para con el sistema, y emancipadoras del mismo, son solo unos de los tantos medios que desvían la atención para continuar produciendo esclavos. La libertad no es aceptable para el sistema tecno-industrial.

El amor por la civilización tecnológica esta impreso en el inconciente de las personas, llegando a extremos en que frases como “hablemos civilizadamente”, se hacen eco en las instituciones educativas, de un modo completamente natural. En este sentido, los niños que no respetan las normas son “unos salvajes”, unos “mal educados”, que deben ser fuertemente sancionados para transformarlos en “buenos ciudadanos”. La domesticación humana se ejecuta desde el nacimiento hasta la muerte. Como a las plantas se les amarra una varilla al tallo para que crezcan derechas, al hombre se le aplica una dominación física, cultural y mental, para que se forme a imagen y semejanza del estereotipo de esclavo que tanto necesita el sistema. Poco importa luego, si es un prestigioso abogado, un ilustre escritor, un ambicioso empresario, un renombrado político, o un simple obrero. Lo esencial es que respeten al sistema tecnológico, que sean incapaces de vivir fuera de él y que nunca olviden los beneficios de la evolución.
La civilización podría transmitir un pensamiento altamente revolucionario en contra del orden económico y social. Podría aun más, fomentar la crítica y destrucción del capitalismo, motivando la conciencia de clases, pero lo que no podría permitir es que se cuestionen las bases que le dan vida. Más puntual: no se puede cuestionar el motor tecnológico. “La fuerza dominante es la tecnología, entendida no como ésta o aquella máquina en particular, o por tal o cual rama de las técnicas, sino como el conjunto organizado e interdependiente que se impone a través de la tecnificación de la vida cotidiana, desde la política, la economía, y la administración burocrática, hasta los medios de comunicación, la publicidad, la comida rápida, el transporte y el turismo.”[4]

No seria lógico pedir que el sistema atente contra si mismo, ni tampoco esperar que la educación deje de ser utilizada como un aparato ideológico. La reproducción y en consecuencia la expansión tecnológica, demanda el aprendizaje de técnicas y el adiestramiento de las personas para sostener el modelo. Ya no es novedoso decir que el sistema tecnológico crece por si mismo, ni tampoco que el medio son las personas en situación de completa esclavitud.
N. Baret

[1] La invención de la escritura significo un nuevo instrumento de dominación y su exclusividad estaba en manos del sector social dominante.
[2] Corriente desprendida de las teorías de Darwin. Se considera al hombre como un ser condenado a la evolución, definiendo de este modo, los distintos estadios de la evolución humana y justificando sus estructuras sociales y tiempos históricos como inevitables.
[3] Corriente que critica al Evolucionismo. Sostiene que las estructuras y procesos históricos pueden explicarse a través de la relación de los hombres con los medios de producción.
[4] John Paul Russo. Las humanidades en la sociedad tecnológica.